Para empezar tengo que decirte que esto no va de envidiar la suerte ajena. Esto va de empezar a detectar y solucionar desde temprano los problemas que te van a poner (o ya te están poniendo) más difícil lograr generar ventas de tus diseños e ilustraciones. Así de fácil.
A ver, yo no veo el futuro ni soy buena en las artes adivinatorias, pero tengo ya cierta experiencia detectando patrones de lo que le sucede a la mayoría de las personas en situaciones similares. Y si te digo esto no es para fardar de CV, sino para contarte que he trabajado con decenas y decenas de creadoras que me han permitido conocer a fondo en qué solemos equivocarnos todas cuando decidimos lanzarnos en serio en una actividad de arte o diseño.
A lo mejor has estado trabajando en tu portfolio, has enviado algunos emails, has publicado en Instagram durante los últimos meses, pero nada parece moverse. Entre la lucha por la visibilidad, tener contento al algoritmo, seguir creando y hacer publicidad, notas que te has desanimado. Y es lógico que te preocupes, porque ves a otros haciendo el boxing de sus productos al menos dos veces por semana, mientras a ti las ventas te pasan por el costado.
Es cierto que a veces NO puedes guiarte de lo que digan otros, porque entre las ventas que tanto se cacarean en redes y las ventas que se hacen de verdad, puede caber una Muralla China (todo finalmente depende de la honestidad con la que habla el artista o de lo que huelan sus humeantes técnicas de marketing).
Pero suponiendo que tú puedes establecer una relación comparativa saludable entre lo que sucede en tu perfil (que es muy poco o casi nada actualmente) y la actividad real que notas en perfiles de artistas colegas, en similares condiciones que tú (tamaño de negocio, cantidad de followers, trayectoria, etc) entonces verás que es necesario parar y recalcular un poco el camino.
Aunque dije que no soy adivina, te puedo adelantar algo, eso sí: esos colegas que venden seguramente tienen una relación con su público más estrecha que la que mantienes tú con el tuyo.
Todavía no has llegado del todo al corazón de quienes te siguen. O incluso puede que tus clientes ideales no estén pudiendo conocerte bien, pues, si lo hiciesen, conectarían contigo y tu trabajo.
En ambos casos, el motivo del problema es casi el mismo.
Y yo te voy a ayudar a comprender ese motivo en 1 pregunta que deberás hacerte con honestidad brutal ahora. Esto te obligará a reflexionar. Sé que no es algo cómodo o fácil, pero créeme que cuando te haces las preguntas correctas… empiezas a abrir la puerta a las soluciones eficaces.
Así que ahí voy:
1. ¿Tienes un estilo claro y diferente a lo que ofrecen otras personas que se dedican a lo que tú haces?
La respuesta a esto debe ser clara: o es un sí, o es un no. No hay un “mas o menos” que responda a esto.
Si estás trabajando por tu cuenta, o si te dedicas a vender diseños o ilustraciones tienes que saber que hoy “saber dibujar cosas bien” o con gran habilidad ya no es suficiente como para hacerte un sitio en el mercado.
Tal vez dibujar cosas bonitas, con la publicidad boca a boca de conocidos y clientes que ya te han catado, te puede traer encargos a nivel muy local, desde tu ciudad o pueblo, para proyectos de tipo decorativos e incluso educativos.
Pero cuando intentas traspasar la línea de lo conocido para ganarte una base de clientela más amplia que te sustente, te encuentras con que hay cientos de miles de personas con habilidad notable para el dibujo o el diseño. Sí, como tú. Entonces es lógico que las ventas vayan a parar primero a quienes llevan más tiempo, o a quienes llegaron primero, o a quienes pueden ofrecer algo más que una simple habilidad creativa que mucha gente ya posee. Tal vez algunos de tus colegas que venden… sean de estas personas.
La solución no es convertirte en la próxima Paula Bonet, pero tampoco te sacará de penurias seguir creando dibujos muy lindos copiados y pintados sin salirte de la raya, pensando que así ya vale.
Incluso tampoco alcanza que ya tengas un portfolio muy nutrido, con muchos diseños o ilustraciones de proyectos ficticios. Aunque le pongas todo el mimo del mundo, tienes que salir de esa caja mental que te hace creer que hoy solo haciendo diseños resultones y nada más, alcanza para que la gente le de al botoncito de comprar.
Crear cosas lindas sirve, pero siempre y cuando haya una propuesta detrás, una forma de trabajar diferente, con una personalidad reconocible, que se cuele a través de trazos, colores y temas sorprendentes y poco usuales.
Sino, te diluyes en los trabajos de otros compañeros de actividad que hacen cosas similares a ti (por no hablar de la gran competencia que esto te trae, te guste o no verlo).
Cuando creas con estilo haces ver a la gente algo de una manera que hasta ahora no existía en el mundo, de no ser por ti. Eso genera mucha ilusión, pues es una promesa de que todavía no está todo descubierto. Además, al generar esa ilusión, tu estilo creativo conecta, produce una emoción en quien lo mira y así, tu trabajo se hace distinguible y memorable.
Si no muestras nada nuevo u original, si solo te limitas a seguir la fórmula de lo que hace todo el mundo, bajas drásticamente la posibilidad de que se mueva la emoción en quien ve tu trabajo y de que le llegues al corazón de verdad.
Amiga, como estés remando con tu negocio sin una propuesta clara, sin haberte puesto a pulir tus habilidades y tu carácter gráfico como creadora, si ni siquiera sabes el verdadero motivo que te mueve a hacer todo lo que haces (además del económico)… entonces será más complicado que la gente tome la decisión de pagar por lo que haces.
Pues si no te conoces tú bien… ¿cómo te van a conocer los demás y por qué querrían algo de ti?
Para que me entiendas mejor: cosas bonitas hay en muchos sitios. Pero se le compra a aquellos que, usando como base lo “bonito” o estético o bien presentado a nivel visual, ofrecen algo más trascendente, algo creado desde una visión distinta, innovadora, que nutre y aporta.
Eso puede ser un uso insospechado de materiales. Puede incluso ser una técnica muy personal para manejar algún material. Puede ser una conexión de conceptos súper peculiar y hasta un poco friki…
La gente se hartó ya de ver basurilla que se parece mucho a otros contenidos que ya ha visto cien veces antes y que no le dan nada. Aunque sea basurilla de la bonita. Aunque sean caramelitos para el ojo.
Piénsalo bien: todo este panorama te pone en la situación perfecta y la oportunidad única de descubrirte, de encontrar o redefinir tus armas, tus habilidades innatas, que hasta ahora nadie había visto o que no te habías tomado el tiempo de ver.
En realidad, el panorama TE OBLIGA a ello, para que ofrezcas lo irrepetible y único que solo tú llevas en ti misma.
Así que, teniendo un buen estilo (conservando también tu versatilidad como profesional si deseas atender proyectos muy diferentes entre sí) será la forma de empezar a construir un negocio de bases más sólidas.
Este es mi consejo no solicitado, pero si te lo doy es porque cuando resuelves esto, los engranajes de tu business empiezan a moverse. Lleva un tiempo entrar en ritmo, pero se mueven.
De eso tengo varios, varios ejemplos de alumnas que después de haber empezado las cosas por el orden lógico -que es descubrir su estilo primero y luego lanzar sus tiendas y productos- ahora disfrutan de poder ingresar dinero y de haber ahorrado literalmente años de dar vueltas con su proyecto.
Así que si no quieres que las ventas te esquiven, tendrás que armarte de valor y enfrentarte a la realidad.
Para que tu situación cambie, tal vez tendrás que desandar parte de lo andado, o volver a crear otro portfolio o web, pero esta vez, habiendo mirado a la cara a tu personalidad y a tus talentos artísticos (esos que pueden emocionar) para ponerlos en acción y no dejarlos nunca más de lado.
Sabiendo esto, ahora puedes optar a tomar el rumbo que más favorezca tus ventas, para dejar de sentir que solo los demás pueden vender.
¿Te atreves?